La plata no alcanza, la inflación no se detiene y la gente sufre. Pero el amor por Talleres es algo que todos sienten y ayuda a sobrellevar mejor las penas de la vida a pesar de que a veces no alcance el dinero para ir a la cancha.
Talleres aceleró y despachó a Atlético Tucumán sin sobresaltos. Pero algo quedó una vez más al descubierto: Cuando ataca es un equipo y cuando defiende, es otro.
Con serias fallas defensivas, bajos rendimientos de los defesores centrales, de Guido y Nahuel, el Matador sacó a relucir sus individualidades y le empató dos veces a un mediocre Belgrano que por momentos utilizó como recursos desesperados a Losada tirándose al piso para que el partido se enfriara y a su hinchada lanzando pirotecnia y para quitarle continuidad al juego.
Estrategia, orden, paciencia y contundencia. Estos son 4 ítems fundamentales para que un equipo sea exitoso y logre cosas importantes. Hoy por hoy, el Matador carece de esa identidad futbolística que lo puso en la primera plana del fútbol argentino.