Así de paradójico es el 2025 para Talleres. En lo que va del año, ha ganado un sólo partido, pero salió campeón.
Por Esteban Migliazzo:
Talleres es emotivo. No importa si juega la Libertadores o en el Argentino, la T siempre deparará sorpresas. Y el 2025, no es la excepción.
Resulta difícil de explicar el diseño que le dieron Andrés Fassi y Alexander Jesús Medina a este plantel que hoy por hoy, roza las peores estadísticas de los últimos 50 años del club. Estaba cantado que Talleres debía desprenderse de al menos 7 jugadores que, o habían cumplido su ciclo, o no daban la talla para las exigencias que demanda la institución. También necesitaba un 9 goleador, un mediocampista central de probada experiencia y un marcador central para afrontar las exigencias que se avecinaban. Sin embargo, las decisiones fueron divergentes respecto al sentido común, y los resultados están a la vista.
Muchos retrucarán: “Pero salimos campeones”. Esa felicidad será eterna para todos los corazones azules y blancos, pero si el partido no se definía por penales, seguramente el título se hubiese ido para Buenos Aires.
Talleres no hace goles y el Cacique dista mucho de ser quien llegó al CARD en su primera incursión por Córdoba. Él, pregonaba un estilo agresivo, donde los jugadores dejaban hasta la última gota de transpiración y luego apuñalaba a los rivales de contra. Hoy, el equipo juega un fútbol con toques intrascendentes sin explosión adelante ni solidez defensiva.
Ahora se viene un nuevo gran desafío: Una nueva participación en la Copa Libertadores. Esperemos que algunos jugadores recuperen sus respectivos niveles y puedan hacer un papel digno de los colores que visten.
